viernes, 15 de junio de 2012

VII Incontro Mondiale delle Famiglie

Antes de narrarles lo que aconteció este pasado fin de semana en el pueblo cordobés de Castro del Río. Todos lo sabréis. Y no es por supuesto; que España empato con la italiana de Prandelli, que Nadal se coronó de nuevo en los Elíseos, tampoco que el Córdoba perdiera sus oportunidades de ascender a la máxima categoría, por no hablar de fórmula 1....¡"Ovejitas sucias"! Algo que supeditó a todo y a todos. Pasó algo que nadie pudo despejar como pelota a las nubes, valga el símil futbolístico; y que todo el mundo volvió a adorar otro año más por las calles de esta Noble y Leal Villa. Pasó; y no quiso hacerlo sólo.

Nos encontramos en Milán, capital financiera de Italia y así de la región lombarda. Tres amigos fuera de sus hogares, muy lejos de su país y del cariño y amor de los suyos, con la distancia y el tiempo de por medio, con el recuerdo de los que están y de los que ya han sido llamados. Tres amigos aunados en Cristo y su Madre María Santísima compartiendo una misma misión en la que se han servido el uno para con el otro con un mismo nexo de unión: La familia cristiana.


(Caminito....)
 (La JMJ siempre presente)


 ¿Cuál es nuestro "posto"?
(Los Tres Mosqueteros)
(Un Sábado en familia)

 La Familia: El trabajo y la fiesta – dijo el Papa, el 23 de agosto de 2010, en la Carta convocatoria del Encuentro – están íntimamente relacionados con la vida de las familias: condicionan sus relaciones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre padres e hijos, inciden en la relación de la familia con la sociedad y con la Iglesia”… “Familia, trabajo, fiesta: tres dones de Dios, tres dimensiones de nuestra existencia que han de encontrar un equilibrio armónico. Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la paternidad y la maternidad, el trabajo y la fiesta es importante para construir una sociedad de rostro humano. A este respecto, hay que privilegiar siempre la lógica del ser respecto de la del tener: la primera construye, la segunda termina por destruir” (Homilía de la misa de clausura del Encuentro de Milán).


Finalmente, Milano Parc Nord, aeroporto di Bresso fue la sede de la Fiesta de los Testimonios del sábado 2 de junio por la tarde y de la Santa Misa del domingo 3 de junio por la mañana, ambas presididas por el Santo Padre el Papa.
Ante más de 1.000.000 de personas el Papa Benedicto XVI afirmó sin miedo que “Dios creó al ser humano hombre y mujer, con la misma dignidad, pero también con características propias y complementarias, para que los dos fueran un don el uno para el otro, se valoraran recíprocamente y realizaran una comunidad de amor y de vida”.
Y, un poco más adelante, decía el Papa que la Sagrada Escritura presenta al hombre y a la mujer como colaboradores de Dios en la transformación del mundo a través del trabajo, de la ciencia y de la técnica. También en esto se manifiestan ellos como imagen de Dios. Pero el hombre, varón y mujer – concluía el Papa – “está también llamado al descanso y a la fiesta… Para nosotros, cristianos, el día de fiesta es el domingo, día del Señor, pascua semanal. Es el día de la Iglesia, asamblea convocada por el Señor alrededor de la mesa de la palabra y del sacrificio eucarístico. Es el día del hombre y de sus valores… Es el día de la familia…”.
Evitemos, pues, caer en las redes de una concepción utilitarista del trabajo, de la producción y del mercado. Y no caigamos tampoco en la concepción de la fiesta como ocasión de evasión y de consumo.
Damos gracias a Dios por el feliz desarrollo que ha tenido el EMF en Milán y por sus abundantes frutos, llamados a satisfacer el hambre y la sed de verdad que continua sufriendo hoy la familia. 
 Carta de † Manuel Ureña (Arzobispo de Zaragoza)
 (Quieren ser los primeros para ver al Santo Padre)

(¡ Viva España!)
( Festa della testimonianza)
(Poco a poco.... de vuelta)

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