miércoles, 22 de febrero de 2012

Tras el Respiradero les desea una Feliz Cuaresma 2012


No os amoldéis a este mundo,  (Roma 12, 2)

…..No acomodarse, no someterse, no dejarse guiar por este mundo……

Esta expresión Paulina, no tiene el significado de alejarse de todo, de no dejarse influenciar por nada ni nadie. Más bien Pablo, quiere una renovación de Vida Cristiana, una transformación de actitud cristiana, una verdadera “revolución” interior que culmina en la imagen de un corazón nuevo. Corazón que es llamado a amar mucho más allá de emociones y sentimientos, un corazón que entiende de conceptos y que sabe discernir entre lo dulce y lo amargo, es decir un corazón limpio que sabe clarificar y traducir la vida de su Espíritu. Se trata de una revelación  para llegar a comprender de una vez por todas que quiere Dios de cada uno de nosotros. “He venido del Cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de Aquél que me ha enviado”. Y que mayor afirmación que Cristo, como realizador de la voluntad de Dios. Esta es la manera de comportarse y para descubrir cuál es la voluntad del Padre para nosotros debemos y tenemos que renovar nuestro corazón para dejarle hueco y  espacio al Espíritu Santo, para que el mismo nos ayude y conduzca a descubrir nuestro papel en “el Plan de Dios”.

Así, día 22 de Febrero de 2012,” Miércoles de Ceniza” quisiéramos Señor, darte gracias en este tiempo de misericordia, cuando nuestro interior y nuestra vida cristiana se nutren de tu Palabra, para celebrar el misterio de Cristo, muerto y Resucitado. La armonía de nuestra vida interior nos hace entablar un dialogo de amor. En eso consiste;  en amar, estar disponibles, servidores los unos de los otros, como ha dicho el Santo Padre, en su mensaje para Cuaresma: “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y de las buenas obras”. Atentos a escucharte entre tantas palabras que resuenan en este mundo en que vivimos. A veces Señor nos amoldamos a este mundo que se rige por coordenadas distintas a tu Voluntad. Nos envuelven egoísmos, odios y  envidias. Somos carne de cañón del consumismo, del afán e poder, de altanería y presunción. Nos hacemos esclavos de objetivos y construimos dioses a nuestra medida, nos involucramos en todo aquello que exige el mundo, el placer, el deleite, la falsedad volviendo la espalda al Dios de la Palabra.

Señor, precisamos de una conversión radical de nuestra fe, alúmbranos para saber escuchar tu Palabra y recrear en nosotros un corazón nuevo. La conversión de la mente y el corazón culminará amando cordialmente de modo que cada uno estime a los demás, más que a si mismo con la alegría propia de los que sirven sin pedir nada a cambio. Dejando valer la justicia, combatiendo el mal con el bien. (Así nos ha dicho el discípulo de Pedo, hace pocos días: Hagámoslo los unos con los otros, con el don de la reciprocidad, luchando contra la indiferencia y corrigiendo a quien lo necesita)

María, la Madre de Dios, la esposa del Espíritu, como Elegida del Padre, se hizo sierva y respondió al mensajero que venía de parte de Dios: Hágase en mí según tu palabra. Ella jamás se amoldó al mundo, ni se ajustó a él, sino que transformó su mente y su corazón, para saber discernir la voluntad de Dios en su propia vida. Amén.

(Lectio Divina) 






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