a lo lejos, la segunda caida....
Y mientras el Señor se íba alejando entre la gente para adentrarse en las calleras, abajo esperaba a la Madre Dolorosa, a su madre, a Mª Stma. de los Dolores, para consolar lo a veces inconsolable, para usar ese pañuelo que llevas en la mano, para ser tú la guía como lo fuiste ante el calvario de tu hijo. Llego esplendorosa, radiante en esa por siempre recordada mañana de Viernes Santo, porque así ha querido la Hdad. que sea un día y una mañana recordada por siempre.... pero eso lo dejaremos para una posterior entrada.
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