“Preso de tus Dolores
entras en Concepción
y al rezo del pie costalero
expiras en Asunción”
Me es harto difícil expresar en estas líneas lo que ha supuesto para mí y para nuestra Semana Santa la incorporación de la figura cofrade llamada costalero/a. Figura de la que hasta el año 2000 de Nuestro Señor Jesucristo, tan sólo teníamos referencia a través de los medios de comunicación, libros, fotografías o por haberla contemplado en otros lugares de Andalucía. Pero gracias a un proyecto lleno de ilusiones, tesón, y a la gran carga de fe derrochada por un grupo de jóvenes de
Parece que fue ayer cuando inaugurando el presente siglo, Nuestra Señora de los Dolores salía a costal. Aquello supuso un punto de inflexión en
Este año se cumplen diez años desde aquel primer rezo con los pies de aquellos hombres que llevaban a María Santísima. En este periodo de tiempo, el costalero/a que empezó siendo una figura ajena en
Y decía al empezar este artículo que me era complicado, porque expresar experiencias vividas a lo largo de esta década es una tarea indescriptible y plasmarlas en el papel enormemente complicado, ya que hay que vivirlas para comprobarlas en primera persona y sobre todo, sentirlas.
Pero por qué digo eso del rezo con los pies, ¿acaso se puede rezar con los pies?, os preguntareis. Dicen que el costalero/a reza con sus pies mediante el rachear al unísono de sus zapatillas al son que marca cada marcha procesional, o simplemente en silencio, lo cual supone una melodía austera que invita a la reflexión. Este rezo es el manifiesto de fe tan particular que tienen nuestros costaleros/as cada Semana Santa debajo de los Pasos.
Rezo anónimo de cada uno de esos hombres y mujeres que desempeñan un trabajo monumental en su costal para llevar a Nuestra Madre y a Nuestro Señor Jesucristo por nuestra Villa. Rezo con el que nos hemos familiarizado en estos años, y que se extiende a nuestra Semana Santa cada año que pasa. Rezo que ha permitido a muchas personas encontrarse con
Con motivo de este décimo aniversario que celebramos en esta Semana Santa de 2009, quisiera agradecer desde aquí a aquellas personas que brindaron esta oportunidad costalera a aquellos jóvenes cargados de una ilusión cegadora para que pudiesen cumplir su sueño, gracias a todos los hermanos/as costaleros/as que han sentido el crujir de las trabajadoras al toque del llamador y saber mantener la llama viva de este precioso rezo, gracias a aquellos que estuvieron presentes y que hoy quedan en el recuerdo de nuestras mentes, gracias a todos aquellos que han sido nuestros maestros de este bonito arte, gracias a esos sones de pasión que suponen ese aliento musical, gracias a nuestras familias, amigos, novias/os por su apoyo y aguante, y como no, gracias al pueblo de Castro del Río por hacernos de su Semana Santa.
Sentimiento costalero/a que ha enriquecido nuestra Semana Santa durantes estos años. Por ello, le pido a Dios que podamos seguir paseando por las calles de Castro cada Jueves Santo, a su Hijo y a su Bendita Madre, y nos siga permitiendo rezarle con los pies durante muchos años más.
Muchas Gracias a Juan A. Bello Jimenez, su autor por colaborar con este blog, y querer ofrecerlo para poder compartirlo con todos ustedes.
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