martes, 17 de mayo de 2011

Y de San Nicolás de la Villa al barrio cordobés del "Zumbacón"

Y el Lunes Santo, junto con nuestras fuerzas se apagaba lentamente, como vela que se consume poco a poco por la tibia llama. Y así fue, hasta que el tiempo se paralizó, y nuestros ojos se entreabieron entre el dulce balanceo de bambalinas entrelazadas por cadenas mercedarias. Y bajo el espectacular palio que diseñara Fray Ricardo de Córdoba; Ella, María Santísima, detuvo el reloj que apuntara el instante en el que los ojos de su barrio y de su Córdoba, se quedaban prendados de MERCED.








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